Durante los últimos años, una de las mayores expectativas de la industria del blockchain ha sido la fusión de Ethereum. Este evento, que se ha pospuesto a menudo, debería celebrarse en agosto.
Esta es la esperanza expresada por uno de los principales desarrolladores de Ethereum, Preston Van Loon, en la conferencia Permissionless celebrada del 17 al 19 de mayo en Palm Beach, Estados Unidos. Cree que “si todo va según lo previsto, agosto es simplemente la fecha lógica para la fusión de Ethereum”.
La fusión de Ethereum, o más comúnmente “la fusión”, se refiere a la transición de la red de prueba de trabajo a prueba de participación. Esta transición pretende fusionar la cadena de bloques con la cadena de balizas.
La cadena de balizas de Ethereum, ya en prueba de participación, está disponible desde finales de 2020, pero no permite el desarrollo de aplicaciones complejas en la red. De hecho, su única utilidad es ofrecer a los usuarios la oportunidad de bloquear ETH en esta red con la esperanza de obtener un retorno de la inversión cuando se produzca la fusión real.
El paso a la prueba de participación debería tener varias consecuencias. En primer lugar, la prueba de participación ofrece la ventaja de consumir menos energía. Por lo tanto, este protocolo se ve favorecido desde el punto de vista ecológico.
En teoría, se facilitaría la participación en la red, ofreciendo una mayor descentralización y una mayor seguridad. Por último, se espera que la Fusión reduzca las emisiones de ETH en un 90% aproximadamente, lo que se traducirá en una menor oferta en circulación y generará una mayor demanda.
La bomba de la dificultad amenaza a The Merge de Ethereum
En 2016, los desarrolladores de Ethereum introdujeron en el código lo que llaman “La bomba de dificultad”. Esta amenaza sólo es un riesgo si la red está todavía en fase de prueba en el momento de su implantación. De hecho, esta bomba debería aumentar exponencialmente el nivel de dificultad de las ecuaciones que deben resolver los mineros.
Estas líneas de código se introdujeron para animar a los desarrolladores a trabajar eficazmente en la prueba de participación, pero también para obligar a los reacios a hacer la transición. El problema es que si este peligro se materializa antes de la transición a la prueba de participación, podría congelar la cadena de bloques por completo.
El gran reto para los desarrolladores es, por tanto, ganar esta carrera contra el tiempo. En su defecto, no tendrán más remedio que lanzar una actualización para retrasar la bomba de dificultad. Sin embargo, este esfuerzo retrasaría de nuevo el despliegue de la fusión.
De hecho, no es de extrañar que Justin Drake, de la Fundación Ethereum, explique que “hay un fuerte deseo de que la fusión se produzca antes de que la bomba de dificultad se haga realidad”. La gran mayoría de los desarrolladores están participando en esta campaña para que la fusión se produzca antes de agosto.
La fusión no incluye la introducción de la fragmentación
El paso a la prueba de participación es fundamental para Ethereum. Sin embargo, esta no es la única actualización importante que la red debería experimentar en los próximos meses o años. En efecto, la fragmentación representa un reto importante, sobre todo para reducir los costes de transacción y aumentar la escalabilidad de la red.
En concreto, la fragmentación es una forma de dividir la red en varias cadenas. El sitio web de la Fundación Ethereum explica que “con la fragmentación, los validadores necesitan almacenar y ejecutar datos sólo para la cadena que están validando, no para toda la red (la situación actual). Este proceso acelera las cosas y reduce considerablemente los requisitos de hardware.
El Merge, en agosto no tiene previsto llevar la fragmentación a la red. No obstante, el paso a la prueba de participación, si se produce en agosto, es un paso necesario que la comunidad lleva años esperando. Esperemos que la fusión se produzca finalmente.