El Japón acaba de vivir un día histórico: Sanae Takaichi se convirtió en la primera mujer en tomar las riendas del país. Su elección desató un verdadero frenesí en los mercados. El Nikkei 225 coqueteó con la marca simbólica de los 50,000 puntos, un récord absoluto, impulsado por las expectativas de una ambiciosa recuperación económica y una política más ofensiva.
Una victoria política con aires de cambio
Con 237 votos de 465 en la Cámara Baja, Takaichi se impone al frente del gobierno después de un acuerdo rápido entre su Partido Liberal Democrático (LDP) y el Partido de Innovación de Japón (JIP), un partido reformista en pleno ascenso. Este acercamiento pone fin a 26 años de alianza con el Komeito, a menudo acusado de frenar las grandes reformas.
El objetivo es claro: reactivar el crecimiento, modernizar la economía y fortalecer la posición de Japón frente a las tensiones regionales. Takaichi encarna una derecha firme, admiradora de Margaret Thatcher, decidida a “liberar el potencial del país” según sus allegados.
Un gabinete simbólico y estratégico
Desde su nombramiento, Takaichi impactó al nombrar a Satsuki Katayama, una figura respetada del mundo económico, como primera ministra de Finanzas de Japón. Tres de sus antiguos rivales internos, Yoshimasa Hayashi, Toshimitsu Motegi y Shinjiro Koizumi, también se unen a su gobierno.
Una señal de unidad destinada a consolidar un partido dividido, pero también a tranquilizar a los mercados sobre la estabilidad política del país. Las primeras reformas anunciadas deberían combinar una reducción selectiva de impuestos, un aumento en el presupuesto de defensa y una reactivación de la energía nuclear civil, una combinación explosiva para los inversores.
La “Takaichi trade” enciende los mercados
Los inversores extranjeros acuden en masa, apostando por lo que ya denominan el “Takaichi trade”. Durante la sesión, el Nikkei subió un 1.5% antes de cerrar con un aumento del 0.3%, superando los 49,900 puntos. Desde enero, el índice muestra una ganancia espectacular de más del 25%.
Los analistas ven en esto una nueva fase de crecimiento estructural, respaldada por la perspectiva de un gobierno estable y pro-crecimiento. Tomochika Kitaoka, estratega en Nomura Securities, estima que
El Japón está volviendo a ser una apuesta seria para los inversores mundiales.
Una economía impulsada por el optimismo… y un yen debilitado
Mientras la Bolsa marca récords, el yen sigue su descenso por debajo de los ¥151 frente al dólar. Los mercados anticipan ahora que el Banco de Japón se tomará su tiempo antes de subir las tasas, prefiriendo acompañar la recuperación.
Este cóctel, política expansiva, bajos tipos de interés, reactivación nuclear y defensa reforzada, redefine el panorama económico japonés.
Sanae Takaichi no solo ha roto un techo de cristal. Ha despertado uno de los mercados más grandes del mundo. Si su frágil alianza con el JIP mantiene el rumbo, Japón podría volver a disfrutar de un crecimiento sostenible, y volver a consolidarse como una potencia económica a seguir de cerca.