Mientras Rusia trabaja en un proyecto de ley para legalizar las criptomonedas y las actividades mineras, un director de prisión ruso es presuntamente culpable de establecer una granja minera ilegal dentro de la prisión que dirige.
En concreto, esta granja ilegal se construyó en una clínica psiquiátrica, una dependencia de la prisión gestionada por el Servicio Penitenciario Federal. Esta prisión, también llamada Butyrka, se encuentra en la región de Moscú y fue construida en 1771, lo que la convierte en la más antigua de Rusia.
Durante una investigación, las autoridades rusas descubrieron en las instalaciones materiales que podían utilizarse para minar criptomonedas. Sin embargo, esta actividad es completamente ilegal, como informa el diario ruso Kommersant. Al parecer, se instaló en noviembre de 2021 y se utilizó hasta al menos febrero de 2022.
El mayor problema de esta actividad ilegal es el uso de electricidad subvencionada por el Estado ruso para minar criptomonedas (ciertamente Bitcoin). De hecho, se habrán consumido nada menos que 8.400 kW de electricidad pagada por el gobierno durante el periodo de funcionamiento de la explotación minera. El coste total de la operación ascendería a 62.000 rublos, es decir, 1.000 dólares.
El director del centro penitenciario, que actualmente está siendo juzgado por las autoridades rusas, está acusado de “acciones que van claramente más allá de sus competencias, violando así de forma significativa los intereses legalmente protegidos de la empresa o del Estado”. Además, según el artículo 286 del Código Penal ruso, la pena por este tipo de comportamiento puede ser una multa de 80.000 rublos o 4 años de cárcel. Cabe señalar que aún no se ha encontrado a sus cómplices.
Rusia quiere endurecer las sanciones contra los mineros ilegales de criptomonedas
Desde hace algunos años, Rusia persigue a los mineros ilegales de criptomonedas. Como resultado de esta actividad, regiones rusas como Krasnoyarsk Krai o Irkutsk Oblast, históricamente conocidas por sus bajos precios de la energía, se han convertido en destinos principales para los mineros de criptomonedas.
El inconveniente de estas actividades es la aparición periódica de cortes de electricidad en zonas residenciales debido a la minería. Esto se debe a que las instalaciones eléctricas de estos barrios no están diseñadas para soportar la alta demanda que requiere la minería.
Además, el descubrimiento de esta explotación minera en esta prisión rusa recuerda a un caso reciente en Rusia. En esa historia, una granja ilegal de minería de criptomonedas se había instalado en una estación de bombeo del servicio de suministro de agua de Rusia. Como resultado, la energía utilizada fue pagada una vez más por el Estado ruso.
En respuesta a estas actividades, Rusia quiere adoptar un enfoque mucho más duro con respecto a la minería de criptomonedas, creando un marco legal para frenar la creación de granjas ilegales.
Como resultado, las investigaciones realizadas en todo el país han dado lugar a la incautación de casi 1.500 piezas de equipo minero de dos explotaciones ilegales. Recientemente, la agencia antimonopolio rusa incluso propuso la introducción de tarifas eléctricas más altas para los individuos que deseen minar criptomonedas.
En consecuencia, estos diversos acontecimientos deberían mantener vivo el deseo de las autoridades rusas de regular las criptomonedas.
El director del centro penitenciario, que actualmente está siendo juzgado por las autoridades rusas, está acusado de “acciones que van claramente más allá de sus competencias, violando así de forma significativa los intereses legalmente protegidos de la empresa o del Estado”. Además, según el artículo 286 del Código Penal ruso, la pena por este tipo de comportamiento puede ser una multa de 80.000 rublos o 4 años de cárcel. Cabe señalar que aún no se ha encontrado a sus cómplices.