El fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, está revelando al público los detalles de la acusación contra Robert Taylor, un ciudadano estadounidense acusado de dirigir una operación ilegal de cajeros automáticos de Bitcoin en toda la ciudad.
Según el fiscal, el acusado operaba más de 46 cajeros automáticos de Bitcoin repartidos por la ciudad de Nueva York, principalmente en lavanderías, pero también de forma más generalizada en Miami y Nueva Jersey.
Estos 46 quioscos le permitieron cometer un fraude fiscal a gran escala, con millones de dólares malversados. La acusación continúa alegando que su negocio atraía a personas implicadas en actividades delictivas como el tráfico de drogas y el robo de tarjetas de crédito.
En resumen, el escrito de acusación señala que Robert Taylor está acusado de “operar un negocio ilegal de cajeros automáticos de bitcoin que comercializaba con individuos dedicados a actividades delictivas.”
También según el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg:
“Robert Taylor supuestamente hizo todo lo posible para mantener su negocio de cajeros automáticos de bitcoin lo más secreto posible para atraer a una clientela dispuesta a pagar un alto precio por el anonimato”.
El fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg.
Los hechos del caso de los cajeros automáticos en NYC
Los hechos del caso se exponen en el escrito de acusación que se ha hecho público, y también son comentados por el fiscal. Explica que entre 2017 y 2018, Robert Taylor “convirtió más de 5,6 millones de dólares del dinero de sus clientes en Bitcoin mientras cobraba una comisión del 10-20%” para (supuestamente) garantizar el anonimato de los usuarios.
El depósito de más de 5,6 millones de dólares en efectivo por parte de los usuarios generó más de 590.000 dólares en comisiones. De esta cantidad, 160.000 dólares fueron depositados en las cuentas bancarias personales de Robert Taylor a pesar de que solo declaró 3.000 dólares de ingresos por esta actividad en la campaña de presentación de informes de 2017 (y 140.000 dólares de pérdidas en sus ingresos en 2018).
Asimismo, los 46 cajeros automáticos de bitcoin (BTC) de Robert Taylor no requerían la verificación de la identidad de los usuarios (a diferencia de otras máquinas). Presentada como una forma de garantizar el anonimato de los usuarios por Robert Taylor, hizo de ella la principal baza de sus máquinas.
“Nunca pedimos una identificación ni tenemos una cámara que te fotografíe la cara”.
Robert Taylor, anunciándose en sus redes sociales.
Una baza que parece haber seducido principalmente a los delincuentes, pero también, de forma más general, a todos aquellos que no quieren transmitir documentos de identidad por razones de privacidad.
Para empeorar las cosas, Robert Taylor no tenía una licencia de transmisión de dinero ni una licencia de negocio de moneda virtual del Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (DFS), aunque éstas son necesarias. Lo mismo ocurre con las obligaciones de la empresa con el Tesoro estadounidense.
El caso fue tomado en serio por las autoridades, que decidieron registrar el domicilio del acusado. En total, se recuperaron 250.000 dólares (que no es mucho teniendo en cuenta la magnitud del fraude), así como 20 cajeros automáticos de bitcoin con 44.000 dólares.
Aunque los hechos son completamente diferentes, está claro que las máquinas de bitcoin (BTC) pueden ser cerradas por decisión de las autoridades judiciales, a menudo por acusaciones de ilegalidad.