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En un momento en el que casi todos los gobiernos del mundo están considerando la cuestión de la regulación de las criptomonedas, el organismo de vigilancia del G20, el FSB, ha anunciado que presentará nuevas propuestas para regularlas ya en octubre. Como es lógico, el FSB señala como justificación los “riesgos que plantean los activos digitales” que “pesan sobre la estabilidad financiera”. El CEF dice que las medidas que se propongan serán “sólidas”, ¿eso significa “vinculantes”?
El FSB se refiere al Consejo de Estabilidad Financiera, una agrupación económica internacional creada en la reunión del G20 en Londres en abril de 2009. Compuesto por reguladores del G20, funcionarios del Tesoro y banqueros centrales, sucede al anteriormente creado Foro de Estabilidad Financiera. En otras palabras, el papel del FSB es coordinar y promover la estabilidad financiera internacional. Para ello, la organización está en contacto permanente con 24 jurisdicciones de otros países, como Estados Unidos, China y Rusia, y mantiene relaciones con más de 70 países.
En realidad, el FSB se limitó a supervisar adecuadamente el sector de las criptomonedas y no intervino. De hecho, el grupo no creía inicialmente que las criptomonedas supusieran un riesgo sistémico, lo que explica su inercia. Sólo un informe del pasado mes de febrero informaba de que existían ciertamente riesgos para la estabilidad financiera mundial. Sin embargo, en un contexto de mercado bajista acompañado de la caída en cascada de numerosos actores como Terra, Three Arrow Capital (3AC) y Celsius, parece que los reguladores del G20 están cambiando de opinión.
Esto es al menos lo que se desprende de las recientes declaraciones del grupo del G20:
“La quiebra de un participante del mercado, además de imponer pérdidas potencialmente grandes a los inversores y amenazar la confianza del mercado derivada de la cristalización del riesgo de conducta, también puede transmitir rápidamente los riesgos a otras partes del ecosistema de criptoactivos.”
¿Es el contexto actual el responsable de la actuación del G20?
Es cierto que este año no ha sido el momento más fácil para quien tiene un pie en las criptomonedas. El mercado bajista ha provocado la caída de algunos actores o ha provocado pérdidas tan grandes que otros han estado al borde de la insolvencia. La sola noticia demuestra que la volatilidad propia de las criptomonedas está pasando factura últimamente. Sin estar plenamente informados, es comprensible que los reguladores mundiales estén preocupados.
De esta agitación, el Consejo de Estabilidad Financiera señala varias cosas: la volatilidad de las criptomonedas, las vulnerabilidades estructurales y sus crecientes vínculos con el sistema financiero en general. Al mismo tiempo, los reguladores del G20 consideran que el sector es principalmente -si no exclusivamente- especulativo. Todos estos puntos son contrarios a las criptomonedas ante los reguladores, que consideran entonces que constituyen un grave riesgo para la estabilidad financiera internacional.
Para ellos, ¡ya no hay lugar para la duda! Las noticias recientes son la prueba de que las criptomonedas son “demasiado” arriesgadas, especialmente para la estabilidad financiera.
El FSB no tiene poder legislativo
Por todo ello, el FSB ha decidido presentar nuevas propuestas para regular las criptomonedas a escala mundial ya en octubre de 2022. En concreto, un “informe sobre los enfoques de regulación y supervisión de los criptoactivos y las stablecoins” debe presentarse a los ministros de finanzas y a los gobernadores de los bancos centrales del G20 para esa fecha. El FSB menciona las stablecoins en su comunicado, pero no las toma en serio, ya que se refiere a las “llamadas stablecoins”. Sobre este último punto, hay que recordar que, desde la caída de Luna el pasado mes de mayo, casi todos los reguladores mundiales han hecho de la regulación de las stablecoins una prioridad.
Sin embargo, es importante recordar que el FSB no tiene poderes legislativos.
“Los miembros del FSB se comprometen a utilizar los poderes de ejecución del marco legal de su jurisdicción para promover el cumplimiento y actuar contra las infracciones.
Al mismo tiempo, la regulación a nivel de la UE está avanzando, y mucho más rápido de lo que desea el FSB. En cualquier caso, en un futuro próximo deberían anunciarse cambios en la regulación de las criptomonedas tanto a nivel de la UE como a nivel mundial.