La fiebre de las criptomonedas alcanza un nuevo pico. GameStop, la icónica marca de los gamers que se convirtió en un símbolo de la era de las ‘acciones meme’, acaba de anunciar la adquisición de 4,710 bitcoins, equivalentes a 513 millones de dólares al precio actual. Una decisión estratégica que transforma radicalmente el perfil financiero de la empresa.
GameStop anuncia su primera compra de Bitcoin
El anuncio se hizo en X, sin especificar la fecha o el precio de compra. Pero las intenciones fueron claras desde marzo: GameStop había recaudado 1.3 mil millones de dólares a través de una emisión de deuda, explícitamente destinada a construir una estrategia de tesorería basada en Bitcoin.
Ahora, la mitad de esa cantidad se ha invertido en la criptomoneda líder. Un movimiento audaz que coloca a GameStop en el centro de atención de los mercados y de las comunidades en línea que llevaron la acción a la cima en 2021.
Wall Street reacciona instantáneamente
El efecto no se hizo esperar: las acciones de GME subieron más del 4 % en la preapertura de los mercados estadounidenses. Una señal fuerte para los inversores, aunque el precio del Bitcoin se mantuvo estable alrededor de los 110,000 dólares.
En un momento en el que las grandes empresas tecnológicas cuestionan su exposición a los activos digitales, GameStop elige lo contrario: apostar por la resiliencia y la escasez del BTC. La maniobra recuerda a la de MicroStrategy o Tesla en sus inicios en la cripto, pero con un sabor más subversivo: el de un forastero que desafía las normas, una vez más.
GameStop, ¿nueva figura del Bitcoin corporativo?
Con esta adquisición, GameStop irrumpe bruscamente en el exclusivo círculo de empresas con reservas significativas de Bitcoin. El monto invertido sitúa a la marca mucho más allá de una simple operación de comunicación: es una declaración macroeconómica, en un ambiente donde la desconfianza hacia las monedas fiduciarias crece.
Resta por ver si este cambio será seguido por otros anuncios o si GameStop considera una estrategia de acumulación continua. Lo que es seguro es que el minorista de Texas no ha dicho su última palabra.
