Estrategia Bitcoin en riesgo: La batalla de Strategy por mantenerse en los índices de MSCI

La presión crece en torno a Strategy (anteriormente MicroStrategy). El título se desploma, los inversores se preocupan, y comienza la cuenta regresiva: el 15 de enero de 2026, MSCI podría expulsar a la empresa de sus índices principales. Para una empresa cuya valoración actual se basa en una apuesta masiva en Bitcoin, el impacto podría ser brutal.

Strategy fuera de los índices? Cuando MSCI cambia las reglas del juego

Las reglas de MSCI son simples: una empresa debe seguir siendo… una empresa. No un cuasi-ETF, no una sociedad de cartera, no un fondo disfrazado. Con más del 77% y según algunas estimaciones más del 90% de los activos ahora compuestos por Bitcoin, Strategy coquetea peligrosamente con el límite.

Si MSCI decide en contra de MSTR, las consecuencias serán inmediatas: los fondos pasivos que siguen mecánicamente estos índices se verán obligados a vender. Y las estimaciones dan vértigo: entre 1,5 y 2,8 mil millones de dólares de ventas forzadas para los rastreadores de MSCI. Algunos analistas, más radicales, incluso mencionan un impacto potencial superior al sumar el efecto dominó en otros índices y gestores cuantitativos.

Una salida tan masiva nunca es neutra. Puede secar la liquidez, aumentar la volatilidad y transformar MSTR de un título ‘mainstream’ en un vehículo Bitcoin de nicho.

El mercado entra en pánico, Saylor responde

‘Respuesta al asunto del Índice MSCI
Strategy no es un fondo, no es un fideicomiso y no es una sociedad de cartera. Somos una empresa operativa de capital abierto con un negocio de software de $500 millones y una estrategia de tesorería única que utiliza Bitcoin como capital productivo.
Solo este año, hemos completado…’

El título ya ha perdido más del 40% en dos sesiones. Pero Michael Saylor, no se rinde. Fiel a su postura, insiste en que Strategy no es ni un fondo, ni un fideicomiso, ni una sociedad de cartera.

En esta narrativa, MSTR no es un pasivo que espera subir, sino un actor financiero que crea productos bitcoinizados imposibles de replicar a través de un ETF o un fideicomiso. Para respaldar este argumento, Saylor destaca sus cinco emisiones de ‘digital credit securities’ lanzadas este año, STRK, STRF, STRD, STRC, STR, totalizando 7,7 mil millones de dólares nominales. Su mensaje implícito: ninguna entidad pasiva puede competir con esta arquitectura.

¿Un modelo que llega a su punto de ruptura?

Para los inversores, una pregunta domina: ¿es el fin del modelo ’emito acciones, compro Bitcoin, repito’?

Si la exclusión se materializa, Strategy podría perder uno de sus pilares: el acceso fácil a los flujos pasivos que estabilizan su base accionarial. Sin esta contribución, cada nueva recaudación podría volverse más compleja, más diluida, más costosa. Y un MSTR excluido de los grandes índices se parecería más a un GBTC 2.0 que a una empresa tecnológica cotizada.

Una batalla de percepción, pero un enigma colosal

Los maximalistas ven en la caída actual una oportunidad, recordando que cada episodio de ventas forzadas siempre se ha absorbido. Los más cautelosos leen en esto el primer verdadero terremoto regulatorio de una estrategia demasiado dependiente de Bitcoin. La fecha límite del 15 de enero decidirá si MSTR seguirá siendo un actor en el Nasdaq… o si se convierte en el producto sintético de Bitcoin más grande jamás cotizado.

Entre la absoluta convicción de Saylor y las realidades mecánicas de los índices, una certeza: la estrategia empresarial de Bitcoin entra en su fase más arriesgada desde 2020. La prueba final se acerca.

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