Mardi matin, Donald Trump ha iniciado de nuevo la batalla contra su antiguo amigo y partidario. En Truth Social, lanzó un misil contra su ex aliado Elon Musk:
Elon quizás reciba más subsidios que cualquier otra persona en la historia, de lejos. Sin eso, probablemente debería cerrar la tienda y regresar a Sudáfrica.
¿Una pulla? No. Una declaración de guerra.
Souvenez-vous : en 2024, Trump recién reelegido, nombró a Elon Musk al frente de un ministerio a medida, el “Department of Government Efficiency”, apodado “DOGE”. Objetivo: reducir el gasto público.
Pero desde la salida resonante de Musk del gobierno en mayo, todo se ha desmoronado. Musk acusa a Trump de aumentar la deuda “como nunca en la historia”. Trump, por otro lado, insinúa que Musk se ha llenado los bolsillos con dinero público. La idilio acabó, es hora de ajustar cuentas.
El giro es que Trump ahora pide a DOGE, la entidad que confió a Musk, que investigue… sobre Musk mismo.
“Más cohetes, más satélites, más autos eléctricos…,” escribe Trump. “Nuestro país ahorraría una FORTUNA.”
Resultado inmediato: la acción de Tesla cae casi un 5% en premercado. Y el mensaje es claro: Trump quiere golpear donde más duele, en el bolsillo.
En X, Elon responde de inmediato: “Pido LITERALMENTE que SE CORTE TODO.”
¿Un rechazo total a los subsidios gubernamentales? ¿O una táctica política para salvar la cara?
Lo que sabemos es que los números hablan por sí solos:
– Tesla ha recibido más de 2,8 mil millones de dólares en subsidios públicos.
– SpaceX es actualmente el brazo espacial oficial del gobierno de EE. UU., con contratos por varios miles de millones.
– Y según el Financial Times, todas las compañías de Musk sobreviven gracias a aproximadamente 20 mil millones de dólares en contratos públicos.
Este choque Trump – Musk no es solo un drama entre multimillonarios. Ilustra una grieta más profunda en la política económica estadounidense: la creciente dependencia de la innovación privada de los fondos públicos… y el poder que otorga a quienes se benefician de ella.
Trump lo sabe. Musk también. ¿Y los mercados? Ya están temblando.