El grupo Lazarus de Corea del Norte, conocido tristemente por sus sofisticados ataques informáticos, habría sido responsable del reciente ataque a la bolsa de criptomonedas CoinEx, robando 55 millones de dólares en activos. La banda delictiva fue puesta bajo los reflectores cuando una exposición involuntaria de su dirección los relacionó no solo con este hack de 55 millones de dólares, sino también con infracciones recientes que involucraron a Stake y Optimism.
Las empresas de seguridad blockchain SlowMist y el investigador on-chain ZachXBT detectaron grandes e inusuales flujos de fondos que conducían a una dirección anónima sin historial de transacciones. Las alarmas sonaron y se sospechó de un hackeo, con estimaciones iniciales de daños que alcanzaron una alarmante cantidad de 27 millones de dólares. A medida que avanzaban las investigaciones, esa cifra oscura aumentó, con SlowMist confirmando que el botín superó los 55 millones de dólares.
Respuesta de CoinEx Global: seguro de seguridad en completo caos
Después de los disturbios, CoinEx Global actuó rápidamente, asegurando a la comunidad de usuarios la seguridad de los activos y comprometiéndose a compensar completamente a las personas afectadas. La bolsa reforzó su infraestructura de seguridad congelando temporalmente los depósitos y retiros para evitar cualquier nueva infiltración. Con el objetivo de ser transparentes, la empresa planea presentar en los próximos días un informe completo que detalle los pormenores del evento.
Uniendo los puntos: la creciente y oscura pista del grupo Lazarus
Como parte de una preocupante tendencia en la que el espacio criptográfico es blanco continuo de ataques, este reciente ataque amplifica las alarmantes cifras reportadas en la industria. Tan solo en el mes de agosto de 2023, se registró una pérdida masiva de aproximadamente 45 millones de dólares debido a diversos ciberataques maliciosos. Un sombrío informe de la entidad de ciberseguridad CertiK destaca que este año ya se han evaporado cerca de mil millones de dólares en una serie de delitos digitales desde enero, con las actividades del grupo Lazarus indicando un preocupante patrón de explotación en aumento.