Una ballena anónima de Bitcoin dona 8 BTC para ayudar a Julian Assange

Ayuda financiera de una ballena de Bitcoin

El 24 de junio, Assange fue liberado de la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en el Reino Unido después de llegar a un acuerdo de culpabilidad con las autoridades estadounidenses. Poco después de su liberación, partió del Reino Unido en un jet privado desde un aeropuerto de Londres con destino a Saipan, en las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense.

Stella Assange, esposa de Julian Assange, declaró en una entrevista que “la libertad tiene un costo“. Assange debía pagarle al gobierno australiano $520,000 por el vuelo charter “forzado” VJ199 para llegar a Saipan y a Australia. De hecho, no se le permitiría tomar vuelos comerciales.

Campaña de financiamiento colectivo

Stella Assange lanzó una página de financiamiento colectivo para ayudar a pagar las deudas de Julian después de su regreso a Australia. El enlace de donación fue publicado por Stella el 25 de junio y, en un lapso de 10 horas, una ballena de Bitcoin anónima donó más de 8 BTC al fondo, alcanzando casi el objetivo de $520,000.

Hasta ahora, Assange también ha recibido más de 300,000 libras esterlinas (aproximadamente 380,000 dólares) en donaciones en efectivo.

Assange se declara culpable y es liberado

El 26 de junio, Julian Assange compareció ante un tribunal de distrito en Saipan, donde se declaró culpable de un cargo de violación de la Ley de Espionaje de los Estados Unidos al divulgar documentos clasificados. El juez Ramona Manglona lo condenó a cinco años y dos meses de prisión, una pena que ya había cumplido en el Reino Unido mientras luchaba contra su extradición. Como resultado, abandonó el tribunal como un hombre libre.

Luego, Assange tomó un vuelo privado y llegó a Canberra, Australia. Su camino hacia la libertad fue significativamente facilitado por el generoso donativo de la ballena de Bitcoin, lo que permitió que Assange regresara a casa sin deudas.

Julian Assange argumentó que la Ley de Espionaje, bajo la cual se le acusaba, entraba en conflicto con las protecciones de la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Sin embargo, reconoció que alentar a las fuentes a proporcionar información clasificada para su publicación podría ser ilegal. Como parte del acuerdo de culpabilidad, también se le exigió destruir toda la información clasificada proporcionada a WikiLeaks.

Esta conclusión marca el final de una larga y compleja saga legal para Julian Assange, que ha generado atención mundial y debates sobre la libertad de prensa y los derechos humanos.