En Miami, Donald Trump reafirmó su voluntad de convertir a Estados Unidos en la ‘superpotencia del Bitcoin’, presentándose como defensor de una industria injustamente atacada durante el mandato de Biden.
El retorno del ‘business friendly Trump’
El ex magnate inmobiliario se presentó como protector de una industria ahora central en la economía estadounidense. ‘Es una gran industria, liderada por grandes emprendedores. Muchos de mis amigos forman parte de ella’, destacó, haciendo hincapié en el papel de la innovación privada en la competitividad nacional.
Sin embargo, detrás de esta retórica conquistadora, no se han anunciado nuevas medidas concretas. No hay calendario ni directrices precisas para las agencias federales. Por el momento, Trump apuesta por una imagen: la de un presidente que comprende la revolución cripto y quiere colocarla en el centro de la estrategia económica estadounidense.
Bitcoin, ¿pilar del dólar?
El argumento clave de Trump es simple: el Bitcoin no amenaza al dólar, lo fortalece. Según él, los activos digitales ‘alivian la presión sobre el dólar’ y ‘hacen mucho bien a la economía estadounidense’. Una posición opuesta a la de la administración anterior, a la que acusa de ‘persecutar’ al sector.
Esta visión se alinea con los recientes movimientos de la Casa Blanca: la creación de una ‘Reserva Estratégica de Bitcoin’ y de un ‘Almacén de Activos Digitales’, utilizando criptos provenientes de decomisos judiciales. Aunque hasta la fecha no se ha realizado ninguna adquisición directa de bitcoins, el mensaje es claro: Washington quiere mantener un pie en el mundo cripto sin renunciar a la primacía del dólar.
La rivalidad con China en el trasfondo
Trump también mencionó la competencia global: ‘Si no hacemos las cosas correctamente, China lo hará por nosotros.’ Detrás de esta afirmación, una observación estratégica: las potencias mundiales también se están armando en la batalla del Web3 y Pekín avanza rápidamente. El desafío va más allá de la simple adopción del Bitcoin, afecta a la soberanía monetaria y tecnológica.
Una visión sin hoja de ruta
En la práctica, el discurso de Miami sigue siendo principalmente un manifiesto político. Trump promete un liderazgo estadounidense en Bitcoin e inteligencia artificial, sin detallar cómo se coordinarán estas ambiciones. La única avance legislativo reciente, el GENIUS Act, aprobado en julio, regula los stablecoins y allana el camino hacia un mercado más regulado, pero aún no define un marco global para los activos cripto.
Así que Trump juega una carta clara: la de un presidente que comprende la tendencia del momento. Queda por ver si su ‘Plan Superpotencia Bitcoin’ trascenderá la etapa del eslogan para materializarse en una verdadera política de innovación monetaria.