Alcanzando Nuevas Alturas en los Mercados

El S&P 500 ha alcanzado un nuevo récord histórico de 6,173 puntos, tras un impresionante aumento de más del 23 % desde abril. Este no es solo un rebote técnico, es un desafío a las dudas que surgieron tras el anuncio sorpresa de los nuevos aranceles de Donald Trump.

Lo que parecía un brusco declive en abril, con un mínimo de 15 meses alcanzado el 7, se ha convertido en un rally impresionante, impulsado por un retorno de la confianza en los mercados y un apetito feroz de los inversores por las acciones.

Un regreso al pico en medio de una tormenta política

Detrás del caos: el plan de ‘Día de la Liberación’ de Trump, que buscaba reorganizar profundamente las relaciones comerciales con el resto del mundo a través de una serie de aumentos arancelarios. El resultado inmediato: una volatilidad extrema, revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento global y un impacto en los mercados financieros.

Pero unas semanas más tarde, el viento cambió. Una serie de indecisiones en la Casa Blanca, concesiones de último momento y el anuncio de una tregua entre Israel e Irán tranquilizaron a los mercados. La inflación se mantiene bajo control, el empleo se mantiene sólido y la maquinaria económica estadounidense se mantiene firme.

El regreso de los fundamentos: recompras, tecnología y grandes jugadores

Si el S&P 500 brilla hoy, no es solo gracias a Trump. También son las recompras masivas, el sólido desempeño de las empresas del Nasdaq y el entusiasmo de los particulares lo que han avivado la llama. Palantir se dispara un +87 %, Robinhood aumenta un 147 % y Super Micro Computer sube más del 55 % desde principios de abril. Un cambio total: los gigantes de la tecnología, los primeros en caer, lideran ahora la recuperación.

En el sector industrial, la historia se repite: Howmet Aerospace gana un 62 %, Uber un 54 %, GE Vernova también un 54 %. RTX y Deere también tienen un buen año con un aumento del 23 % y 20 % respectivamente.

Detrás del rally, persisten algunas nubes

Pero cuidado con la euforia. Detrás de este panorama idílico, algunas señales permanecen rojas. El dólar retrocede a niveles no vistos en tres años. El mercado de bonos sigue bajo presión. Y sobre todo, la deuda estadounidense preocupa cada vez más. Los analistas más prudentes advierten: el crédito bancario se está desacelerando, los incumplimientos en las tarjetas de crédito aumentan, signos inequívocos de un posible agotamiento.

Lisa Shalett, directora de inversiones en Morgan Stanley, resume bien el sentimiento general:

El mercado no reacciona dos veces de la misma manera ante el mismo golpe. Digiere y sigue adelante. Pero los fundamentos siguen siendo frágiles.

¿Rumbo a nuevas cimas?

Según Citi, el S&P 500 podría subir un 2,5 % adicional para fines de 2025. Pero para lograrlo, la economía debe mantenerse, las tensiones comerciales no deben resurgir y la euforia no debe ocultar por mucho tiempo la realidad: unos mercados a veces demasiado caros y un entorno macroeconómico aún incierto.

En 2025, la Bolsa estadounidense no es ajena a las crisis. Pero esta vez, tal vez sea la IA, más que Trump, la que decida el próximo capítulo.

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