Douze jóvenes jugadores son acusados de robar $263 millones en BTC
Douze jeunes gamers sont accusés d’avoir volé $263 millions en BTC
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ) ha golpeado fuerte: doce nuevos acusados por su presunta participación en una red de ciberdelincuentes que desviaron más de $263 millones en criptomonedas, incluidos 4,100 BTC sustraídos a un solo inversor el pasado agosto.
De joueurs en ligne à cyberbraqueurs internationaux
Tienen entre 18 y 22 años, con seudónimos como “Goth Ferrari” o “The Accountant“, y en su mayoría son californianos. Su punto en común: horas juntos en videojuegos antes de embarcarse en lo que el DOJ describe como “conspiración de extorsión digital. Un cambio radical, con hackeos, robos, suplantaciones de identidad y blanqueo de capitales a escala global involucrados.
La red se formó en octubre de 2023. A su cabeza: Malone Lam, acusado desde septiembre de 2024. Las autoridades afirman que fraudulentamente obtuvo acceso a una cartera con más de 4,100 bitcoins, hoy valorados en más de $420 millones. Este golpe solo representaría $230 millones del botín total estimado en $263 millones.
Cambriolages ciblés et blanchiment sophistiqué
El grupo no se limitó a hackear bases de datos. Algunos miembros llamaban a sus víctimas para manipularlas por teléfono, otros monitoreaban sus movimientos a través de iCloud, mientras que cómplices entraban físicamente a sus hogares para apoderarse de sus billeteras físicas.
Una vez robados los activos cripto, eran blanqueados mediante VPN, mezcladores de criptomonedas y cadenas de “pelado”, un método que involucra fragmentar las cantidades robadas a través de docenas de billeteras.
Varios acusados ya han sido arrestados, pero dos sospechosos están prófugos en Dubai. Todos enfrentan cargos graves: asociación ilícita, fraude electrónico y blanqueo agravado bajo el RICO Act, reservado para estructuras criminales organizadas.
Bitcoin, bolides et bouteilles à 500,000 $
Los fondos robados financiaron un estilo de vida extravagante: noches en clubes de cientos de miles de dólares, alquiler de jets privados con documentos falsos, compras de relojes, bolsos de lujo, y al menos 28 autos deportivos, algunos valorados en hasta $3.8 millones. Un robo digital de una violencia sin precedentes, donde los controles de videojuegos fueron reemplazados por líneas de código y armas legales.
