El papel de Rusia en el escenario internacional ha cambiado desde la invasión de Ucrania en 2022, con la imposición de fuertes sanciones económicas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea. Para escapar de estas restricciones financieras, el Kremlin está explorando nuevos caminos, y uno de ellos es el uso de criptomonedas en pagos transfronterizos.
Una prueba con criptomonedas para eludir las sanciones
Rusia se prepara para lanzar en los próximos días un proyecto piloto para usar criptomonedas en pagos transfronterizos, después de la aprobación de una nueva ley que permite este uso en transacciones internacionales. Esta ley otorga a su Banco Central un poder amplio y flexible para ajustar las reglas, pero el marco regulatorio aún sigue siendo vago.
Las dudas sobre la eficacia de la estrategia
Expertos legales y en políticas públicas dudan de la eficacia de esta estrategia, debido a la trazabilidad de las transacciones en las blockchains y al riesgo de sanciones secundarias para las entidades extranjeras involucradas. Además, la cuestión de la liquidez de los mercados de criptomonedas sigue siendo un obstáculo importante.
Un marco regulatorio incierto
Aunque la nueva ley permite el uso de criptomonedas en pagos transfronterizos, no establece las reglas exactas que regirán estas transacciones. Esto ha dejado muchas incógnitas y la tarea de definir los parámetros del régimen experimental recae en el Banco Central ruso. Se espera que se utilice el Sistema Nacional de Tarjetas de Pago como plataforma para facilitar los intercambios entre rublos y criptomonedas durante la fase de prueba.
El papel ambiguo del Banco Central
La ley otorga al Banco Central ruso un poder casi ilimitado para ajustar o modificar las reglas en cualquier momento. Esta flexibilidad regulatoria plantea incertidumbres sobre cómo se aplicarán estas regulaciones y sobre el futuro marco legal.