Presiones energéticas sobre Europa

Los Estados Unidos y Qatar presionan sobre las exportaciones de GNL hacia Europa

Les États-Unis et le Qatar brandissent la menace énergétique contre l’Europe

Washington y Doha han elevado su tono. Estos dos gigantes de la energía han advertido a Bruselas: si la Unión Europea no revisa su directiva sobre la sostenibilidad empresarial, la seguridad energética del continente podría verse comprometida. En el centro del debate se encuentra la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Empresarial (CSDDD), un texto que obliga a las grandes empresas, incluso extranjeras, a demostrar que sus cadenas de suministro respetan los derechos humanos y el medio ambiente.

Le gaz, nouveau levier de pression

Europa nunca ha dependido tanto del gas estadounidense y qatarí. Desde la guerra en Ucrania, el GNL de Estados Unidos representa alrededor del 16 % de las importaciones europeas, mientras que el de Qatar es cerca del 14 %. Juntos, han permitido al Viejo Continente prescindir (casi por completo) del gas ruso. Sin embargo, esta alianza energética ahora descansa sobre una línea de fractura: la CSDDD.

Según los ministros de Energía estadounidense y qatarí, la directiva “afecta al crecimiento, la competitividad y la resiliencia” del mercado europeo. Incluso peor, podría frenar sus exportaciones de gas natural licuado, vitales para evitar una nueva crisis energética.

Cela intervient à un moment critique où nos pays et nos entreprises s’efforcent non seulement de maintenir, mais aussi d’augmenter considérablement l’approvisionnement fiable en GNL de l’UE.

Une loi aux effets tentaculaires

Esta directiva, que entrará en vigor de manera gradual a partir de 2027, contempla multas de hasta 5 % del volumen de negocios mundial para las empresas infractoras. Sobre todo, también se aplica a empresas extranjeras que generen más de 450 millones de euros en ingresos dentro de la UE, una cláusula que Washington califica de “extraterritorial”.

En la práctica, una gran empresa petrolera estadounidense o qatarí podría ser sancionada por prácticas medioambientales consideradas no conformes, incluso fuera del territorio europeo. Para Doha y Washington, esto representa un peligroso precedente.

Un bras de fer diplomatique

Ambos países ahora piden a Bruselas abrir discusiones de manera urgente. Sin flexibilización, advierten que las inversiones, el empleo e incluso los contratos comerciales podrían verse amenazados. Tras bastidores, algunos observadores ya mencionan la posibilidad de represalias comerciales, e incluso de aranceles dirigidos hacia productos europeos.

Esta advertencia surge en un momento en el que varios líderes europeos, incluyendo a Emmanuel Macron y el canciller alemán Friedrich Merz, han llamado a ralentizar la implementación de la CSDDD, temiendo un impacto negativo en las empresas locales.

Entre transition verte et realpolitik

Europa se encuentra atrapada entre dos imperativos: mantener su liderazgo en la lucha contra el cambio climático, al mismo tiempo que garantiza un suministro energético estable. Después de haber prometido eliminar para 2027 el 19 % del gas aún importado de Rusia, el Viejo Continente no puede permitirse otro choque de suministro.

Esta tensión revela un profundo paradoja: al tratar de moralizar las cadenas de producción, Europa corre el riesgo de debilitar su propia autonomía energética. Y en un mundo donde el gas sigue siendo rey, las grandes potencias productoras saben perfectamente cómo jugar con la dependencia europea para hacer valer su voz.

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