Crisis de Gobernanza en Aave: Desafiando los Límites de la DeFi

Aave atraviesa una de las crisis de gobernanza más violentas en la DeFi. En menos de 48 horas, el token AAVE ha caído más del 14 %, atrapado en una tormenta interna entre Aave Labs, la empresa fundada por Stani Kulechov, y la Aave DAO, destinada a representar el poder de los titulares de tokens. En juego: millones de dólares en ingresos, el control de la marca y, de manera más fundamental, la cuestión explosiva de la propiedad real de un protocolo descentralizado.

Acusaciones de ‘privatización furtiva’ de la DAO

Para Marc Zeller, figura central en la gobernanza y responsable de la Iniciativa Aave Chan, la situación es clara: la DAO habría perdido hasta 10 millones de dólares en ingresos anuales sin un voto o validación formal. Habla de ‘privatización encubierta’, una privatización disfrazada de flujos económicos que se supone que deben regresar a los titulares de AAVE.

Aave Labs se defiende enérgicamente. Según Stani Kulechov, estos ingresos no pertenecen al protocolo sino al frontend, financiado, mantenido y asegurado por Labs. Los flujos anteriormente revertidos a la DAO eran, según él, contribuciones voluntarias, no un derecho adquirido. El protocolo pertenece a la DAO. El sitio, la marca y la infraestructura, no.

Esta línea de defensa no ha calmado la ira. Al contrario, ha abierto una fractura ideológica profunda.

Propuestas radicales que estallan la gobernanza

El 16 de diciembre, la crisis da un giro. Una primera propuesta, apodada ‘píldora venenosa’, exige la confiscación de toda la propiedad intelectual de Aave, la transformación de Aave Labs en una subsidiaria propiedad de la DAO y la recuperación retroactiva de todos los ingresos generados a través de la marca.

En seguimiento, una segunda propuesta, llamada ‘incautación de marca’, reclama la transferencia inmediata a la DAO de marcas, nombres de dominio, redes sociales y repositorios de GitHub. Su lógica: si la DAO financia el desarrollo y el marketing, debe poseer los activos intangibles.

Luego surge el elemento más inflamable. Aave Labs inicia una votación Snapshot que sigue ampliamente esta propuesta… en nombre de su presunto autor, Ernesto Boado, ex CTO de Aave Labs. El problema: Boado afirma públicamente que nunca validó esta votación. Habla de una imposición, denuncia una ruptura de confianza y llama a los titulares de tokens a abstenerse. Stani insiste en los aspectos técnicos y Zeller lo corrige en el fondo: la guerra continúa abierta.

Mercado en alerta, precedente histórico en el horizonte

El mercado no esperó el resultado de la votación para decidir. Una ola de ventas golpeó a AAVE, llevando a una caída brusca del precio por debajo de los 160 dólares. Las probabilidades de aprobación de la votación, según Polymarket, cayeron alrededor del 25 %, señal de un profundo malestar.

Más allá del precio, el desafío es existencial. Esta crisis va más allá de Aave. Plantea una pregunta que toda la DeFi ha evitado durante años: ¿quién posee realmente un protocolo? ¿El código desplegado en cadena? ¿La interfaz utilizada por el 90 % de los usuarios? ¿O la marca, que concentra el valor económico y el poder simbólico?

Aave está poniendo a prueba, en situaciones reales, los límites del modelo DAO frente a entidades centralizadas indispensables para su funcionamiento. Sea cual sea el resultado de la votación, una cosa es segura: la DeFi ya no podrá ignorar esta pregunta. Y el precedente que resulte de ella será histórico.

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