Comercio ilegal de chips de IA en China

La China recaudó más de mil millones de dólares en chips de IA de Nvidia, incluido el B200, de forma ilegal desde mayo, a pesar de las sanciones reforzadas por Trump.

Una economía paralela de inteligencia artificial

Pese a las sanciones de Donald Trump, China ha recibido más de mil millones de dólares en chips de IA de Nvidia en los últimos tres meses. Un lucrativo pero arriesgado mercado paralelo se ha estructurado, alimentando las ambiciones tecnológicas de Pekín y desafiando abiertamente los controles de exportación estadounidenses.

En el centro de este tráfico se encuentra el B200, un chip de alto rendimiento utilizado por OpenAI, Meta y Google. Aunque oficialmente prohibido para exportar a China, circula ampliamente en los centros de datos chinos, impulsado por una demanda explosiva y una red de distribución bien organizada.

Tentar construir centros de datos con productos de contrabando es un emprendimiento condenado al fracaso, tanto técnica como económicamente. – Nvidia

Du Guangdong à Shanghai: la filière du B200

Distribuidores basados en Guangdong, Zhejiang o Anhui han estado vendiendo los famosos B200 desde mayo, a menudo en racks listos para usar con ocho chips por unidad. El precio oscila entre 3 y 3,5 millones de yuanes (alrededor de 500 000 dólares) por rack, con un sobreprecio del 50% respecto a los precios estadounidenses.

La empresa ‘Gate of the Era’, con sede en Anhui y fundada recientemente, habría vendido cerca de 400 millones de dólares en estos equipos. Curiosamente, fue creada pocos días antes del anuncio de Trump sobre la prohibición del H20, la versión limitada del B200.

‘Gate of the Era’ está vinculada a ‘China Century’, un proveedor de IA que afirma tener laboratorios en Silicon Valley y un centro logístico en Singapur. Aunque algunos negaron cualquier colaboración después de las revelaciones del FT, la empresa muestra con orgullo socios como AliCloud o ByteDance en su sitio web.

Una cadena logística gris, pero aceitada

Los racks vendidos a menudo incluyen componentes de Supermicro, un conocido ensamblador estadounidense en el ecosistema de IA. Publicaciones en Douyin o Xiaohongshu incluso muestran embalajes con marcas de Supermicro, Dell o Asus, aunque estas empresas han afirmado no saber nada sobre estos desvíos.

Las ventas se realizan in situ, al estilo de un mercado de pescado: prueba rápida, pago inmediato y entrega inmediata. Grupos en Telegram o WeChat facilitan la conexión entre vendedores, traders y operadores de centros de datos.

Como resultado, chips restringidos, incluidos los H100, H200 e incluso los de gama alta GB200, están disponibles ‘en pick-up onshore’. Algunos distribuidores ya anuncian la futura llegada del B300, previsto para finales de 2025.

Las fallas de la geopolítica tecnológica

El mercado negro se beneficia de lagunas legales: es legal vender chips restringidos en China, siempre que hayan cruzado la frontera legalmente, lo que claramente no ha sucedido aquí. Los infractores se deben buscar entre los exportadores, que a menudo se encuentran en el sudeste asiático.

Malasia recientemente fortaleció sus controles y otros países como Tailandia podrían seguir, siendo blanco de Washington por servir como intermediarios para los exportadores chinos. Sin embargo, según los actores del sector, es una batalla perdida: cada vez que se cierra un camino, otro se abre.

Las sanciones se convierten en tarifas?

Los controles de exportación no impedirán que los productos Nvidia más avanzados lleguen a China. Solo crean ineficiencia y generan enormes ganancias para los intermediarios que asumen riesgos. – Operador de centro de datos chino anónimo

Lo que revela este caso es la creciente ineficacia de las sanciones en un mundo donde la demanda de potencia de cálculo está en aumento. La IA se ha convertido en una prioridad estratégica para los estados y en un mercado de cientos de miles de millones para las empresas.

Aunque Nvidia afirma no estar involucrada, los números hablan por sí solos: más de mil millones de dólares en productos teóricamente prohibidos, distribuidos en solo unas semanas. Es más que una falla: es un mercado paralelo en auge.

Mientras la Casa Blanca vacila entre bloqueos y compromisos, China se está equipando. Incluso de forma ilegal.

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