Reserva de Bitcoin de Trump: Estrategia Limitada

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha confirmado que Washington no comprará bitcoin para fortalecer la reserva estratégica deseada por Donald Trump. En cambio, los BTC ya confiscados por las autoridades, valuados entre 15 y 20 mil millones de dólares, permanecerán intocados. Más que ventas, pero tampoco nuevas adquisiciones, a menos que se produzcan confiscaciones judiciales.

En una entrevista en Fox Business, Bessent presentó esta reserva como un paso hacia “la entrada de Estados Unidos en el siglo XXI”. Pero fue claro: la estrategia se basa únicamente en los activos criptográficos incautados, sin gastos adicionales del dinero público. Es decir, la reserva solo aumentará si el gobierno adquiere nuevos bitcoins en el marco de procedimientos penales o civiles.

Una política criptográfica al estilo Trump

Esta reserva estratégica deriva de un decreto firmado por Donald Trump el 6 de marzo de 2025. Objetivo: centralizar aproximadamente 198,000 BTC ya en posesión del gobierno federal, provenientes de confiscaciones, mientras se dejan de lado aquellos que deben ser devueltos a las víctimas de estafas. Al mismo tiempo, se creó un “almacén” separado para otros activos criptográficos incautados.

Trump inicialmente encargó a Bessent y al secretario de Comercio, Howard Lutnick, encontrar formas “presupuestariamente neutrales” para adquirir más bitcoins. Pero esta vía parece estar ahora enterrada, ya que se han superado los plazos de informe sin anuncio público.

No a la revalorización del oro tampoco

Consultado sobre las 261.5 millones de onzas de oro en posesión de Estados Unidos, oficialmente valoradas en solo 11 mil millones de dólares según un precio de 1973 (42,22 $ por onza), Bessent también descartó la idea de una revalorización contable. A precios de mercado, estas reservas valdrían cerca de 750 mil millones de dólares. Por lo tanto, el oro seguirá siendo un activo de reserva sin transparencia contable… al igual que el bitcoin confiscado.

Mercados criptográficos conmocionados

Las declaraciones de Bessent tuvieron un efecto inmediato. Junto con cifras de inflación más altas de lo esperado, desencadenaron una ola roja en el mercado. El Bitcoin cayó en menos de una hora de más de 121,000 $ a un mínimo por debajo de los 118,000 $. Ethereum cayó más del 4 %, cayendo por debajo de los 4,500 $.

También en juego: el índice de precios al productor (PPI) estadounidense, un indicador clave de la inflación en la producción, que aumentó un 3,3 % en un año en julio, muy por encima de las expectativas (2,5 %) y en su nivel más alto desde febrero. En un mes, el aumento llegó al 0,9 %, un récord desde junio de 2022.

Un mensaje claro para la cripto americana

Con este enfoque, la administración Trump mantiene una postura dual: mostrar un apoyo simbólico al Bitcoin mediante la creación de una reserva, evitando al mismo tiempo cualquier gasto directo para alimentarla. Como resultado, Estados Unidos ya posee uno de los mayores montos de BTC en el mundo… pero sin intención de aumentarlo activamente.

En un mercado donde cada movimiento de Washington puede desencadenar un terremoto, esta prudencia podría impactar en la narrativa alcista a corto plazo. Pero también confirma una realidad: para el gobierno estadounidense, el Bitcoin sigue siendo principalmente un activo incautado… y no una inversión estratégica.

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