Tregua Express Entre EE. UU. y China: Impacto Global

L’accord sorpresa entre Estados Unidos y China prevé la reanudación de las exportaciones de tierras raras chinas, a cambio de una posible flexibilización de las restricciones estadounidenses sobre los semiconductores.

Trump rompe con la doctrina Biden al adoptar un enfoque más transaccional: Pekín entrega sus minerales, Washington relaja la presión tecnológica.

La tregua dura solo 90 días, pero los mercados han reaccionado positivamente, con un impacto potencial en la tecnología mundial y los costos de producción relacionados con el web3.

Trump y Xi: Una tregua exprés que sacude los mercados

¡Está firmado! O casi. Después de dos días de intensas negociaciones en Londres, Donald Trump anunció la conclusión de un importante acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Un trato inesperado, destinado a reavivar la tregua comercial acordada en Ginebra pero que ya está tambaleándose. En el punto de mira: las tierras raras, esos metales estratégicos que Pekín controla más del 80 % y que abastecen a la industria mundial, desde la defensa hasta la tecnología.

NUESTRO ACUERDO CON CHINA ESTÁ HECHO“, declaró Trump en Truth Social. En otras palabras: la Casa Blanca está lista para levantar ciertos obstáculos si Pekín cumple rápidamente con sus promesas, especialmente en lo que respecta a la exportación de tierras raras a las industrias estadounidenses.

Un cambio estratégico en los semiconductores

Punto crucial del acuerdo: Washington podría flexibilizar las restricciones sobre los chips electrónicos. Es un cambio de 180 grados con respecto a la doctrina de Biden, que había establecido una política de “patio pequeño, valla alta” para cerrar el acceso chino a tecnologías sensibles.

Trump parece estar jugando ahora otra carta: la del intercambio. Si China desbloquea sus exportaciones de materiales críticos, Estados Unidos podría restablecer ciertos flujos tecnológicos. Una señal fuerte, especialmente en un contexto en el que las cadenas de suministro globales luchan por recuperarse de los impactos post-Covid.

Una puesta en escena cuidada… y tensiones siempre presentes

¿El escenario? Lancaster House, a un paso de Buckingham Palace. Una residencia real transformada en arena diplomática durante dos días, con el secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent (posible sustituto de Powell en la Fed) y el representante comercial Jamieson Greer por un lado, y el viceprimer ministro chino He Lifeng por el otro.

Pero detrás de las sonrisas forzadas, las tensiones siguen siendo palpables. Pekín sigue reprochando a Washington sus nuevas restricciones sobre los programas de diseño de chips y la cancelación de visas para estudiantes chinos. Y Estados Unidos acusa a China de haber ralentizado las licencias de exportación prometidas.

Una pausa de 90 días… bajo vigilancia

El acuerdo se enmarca en un período temporal: una suspensión mutua de los incrementos arancelarios durante 90 días. ¿Solo un respiro? Quizás. Pero los mercados reaccionaron de inmediato: el CSI 300 chino subió un +0,8 % y el S&P 500 se disparó un +0,3 % en la apertura.

Resta ver si esta tregua se mantendrá. La última vez fue saboteada en cuestión de semanas.

Un impacto directo en la criptografía y los mercados tecnológicos

¿Por qué este acuerdo también interesa a la criptografía? Porque (además de la disminución de las tensiones mundiales) las cadenas de suministro de tierras raras impactan directamente en los semiconductores, y por ende en las infraestructuras tecnológicas… y por ende en el web3. Si China reactiva las exportaciones, los costos de fabricación pueden disminuir. Y si las tensiones resurgen, todo el ecosistema digital podría verse afectado.

El futuro dependerá de un solo factor: hasta dónde están dispuestos Trump y Xi Jinping a jugar la carta de la cooperación estratégica, en el umbral de un año candente.

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