Un Premio Nobel desafía a la Criptomoneda

Un Nobel de Economía ataca a la criptomoneda

Un precio Nobel de Economía se enfrenta a la criptomoneda

El premio Nobel de Economía Paul Krugman critica la industria de la criptomoneda. En un artículo publicado a finales de mayo, titulado ‘La Corrupción Digital se Apodera de Washington D.C.’, el economista denuncia la creciente legitimación de las stablecoins en Estados Unidos, considerándolas una amenaza sistémica y una herramienta privilegiada para actividades criminales. Mientras el Congreso se prepara para aprobar el Acta GENIUS, que regulará estos activos digitales, Krugman suena la alarma.

Activos sin utilidad… ¿excepto para los criminales?

Según Krugman, las stablecoins ‘no cumplen ninguna función claramente útil’. A diferencia de lo que prometen sus impulsores, no ofrecen ninguna ventaja real en comparación con las soluciones de pago tradicionales como tarjetas de crédito, Venmo o transferencias. ‘¿Por qué?’, se pregunta.

El economista ofrece una explicación directa (y probablemente sin reflexionar): el anonimato. Las stablecoins, a diferencia de los depósitos bancarios, permiten transferir fondos sin revelar la identidad del remitente. Para Krugman, esa es su única ‘ventaja económica’, apreciada especialmente para el lavado de dinero, la compra de drogas, extorsiones u otras actividades ilícitas.

Una nueva forma de banca en la sombra

Krugman va más allá al comparar a los emisores de stablecoins con los ‘wildcat banks’, esos bancos no regulados del siglo XIX cuyos billetes circulaban sin garantía real. En su opinión, las stablecoins encarnan una versión digital de esas instituciones: entidades privadas que prometen una paridad con el dólar sin ofrecer una protección comparable al sistema bancario tradicional.

Esa falta de supervisión los expone, según él, al riesgo de una corrida bancaria. Si los poseedores de stablecoins perdieran la confianza y solicitaran en masa el canje de sus tokens, los emisores se verían obligados a liquidar precipitadamente sus reservas, a menudo compuestas por bonos del Estado estadounidense. Un escenario así podría incluso desencadenar un aumento repentino de las tasas de interés, poniendo en peligro la estabilidad financiera global.

El Acta GENIUS, ¿o la legalización del peligro?

Es difícil hacer entender algo a alguien cuando su fortuna personal depende de no entenderlo.

Krugman considera que el GENIUS Act es un paso dramático hacia la normalización de lo que él llama una ’empresa criminal’. Denuncia una colusión política y financiera: según él, las empresas de criptomonedas representaron casi la mitad de los gastos de las empresas privadas durante las elecciones presidenciales de 2024.

Frente a esta acusación virulenta, figuras del ecosistema, como Nic Carter, critican una ignorancia flagrante. Recuerdan que las stablecoins permiten a millones de personas en el mundo acceder a una forma de estabilidad monetaria e inclusión financiera.

Pero una cosa es segura: en un momento en que los mayores bancos estadounidenses están considerando lanzar su propia stablecoin, el debate ya no es tecnológico. Ahora es político, monetario… y explosivo.

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