Justin Sun defendiendo a Trump y su memecoin durante una cena privada
Invitado a una cena privada organizada por Donald Trump para los mayores poseedores del memecoin $TRUMP, Justin Sun ahora parece estar más cerca que nunca del nuevo presidente estadounidense. Un cambio simbólico para el ex embajador de Granada en la OMC, anteriormente en la mira de los reguladores estadounidenses.
De persona non grata a invitado presidencial
Hace unos meses, Justin Sun enfrentaba una investigación del Departamento de Justicia y una denuncia por fraude civil de la SEC. Hoy, brinda con el presidente alrededor del token $TRUMP, celebrando la suspensión de la investigación de la SEC en su contra. Un cambio de clima abrupto, mientras que la nueva administración envía señales procripto y hasta contempla un ETF en Tron.
Este cambio regulatorio se produjo poco después de una millonaria inversión de Sun y Tron en otro proyecto cripto de Trump, World Liberty, lo que plantea interrogantes.
Sun no oculta su satisfacción: según él, Trump ha tomado “una de las mejores decisiones de su presidencia” al apoyar el ecosistema cripto. Califica las críticas hacia el memecoin de “cortas de vista” y “mal informadas“, rechazando acusaciones de corrupción o manipulación electoral.
Los memecoins, según Justin Sun
Mientras los manifestantes rechazaban el $TRUMP afuera, Sun defendía su derecho a la libertad de expresión… al mismo tiempo que defendía a capa y espada la legitimidad de los memecoins. “Esto no es un juego, es un negocio“, insiste. “Algunos proyectos tienen éxito, otros fallan. Eso es emprendimiento“.
Ante críticas como las de Dave Portnoy, quien compara los memecoins con “apuestas” e incluso con un “esquema Ponzi“, sin juicio peyorativo, Sun menciona los éxitos de DOGE y SHIB. Para él, los memecoins son una entrada poderosa a la cripto para millones de nuevos usuarios.
Hacia una reconquista estadounidense del Web3
La cena con Trump también marcó un giro político: según Sun, varios invitados habían considerado abandonar Estados Unidos por jurisdicciones más acogedoras como Hong Kong o Singapur. “Pero ahora se quedan. Es una señal fuerte de que América vuelve a la carrera“, afirma.