Uniswap
vient de alcanzar un hito importante en su historia. Los titulares de UNI han aprobado masivamente una propuesta clave para activar las tarifas del protocolo y quemar tokens, convirtiendo finalmente a UNI en un activo con creación de valor directo. La votación es abrumadoramente favorable: más de 125 millones de votos a favor, frente a solo 742 oposiciones. Un consenso casi total, rara vez visto a esta escala en DeFi.
La redistribución de tarifas de protocolo finalmente activada en Uniswap
Con esta propuesta, Uniswap finalmente activa el famoso Fee Switch en sus pools de liquidez. Una parte de las tarifas generadas por las operaciones ya no se destinará exclusivamente a los proveedores de liquidez, sino que se redirigirá a un mecanismo onchain de quema de UNI.
El alcance es significativo. Uniswap maneja un promedio de cerca de 2 mil millones de dólares en volumen diario y genera alrededor de 600 millones de dólares en tarifas anualizadas, según datos de DeFiLlama. Hasta ahora, esta intensa actividad no se reflejaba en absoluto en el valor del token. Ahora, el uso del protocolo tendrá un impacto mecánico en la oferta de UNI, introduciendo una dinámica deflacionaria directamente relacionada con la adopción.
Un burn retroactivo masivo desde la tesorería
La votación no se limita al futuro. Los titulares de UNI también han aprobado una quema excepcional de 100 millones de tokens tomados de la tesorería del protocolo, es decir, cerca de 600 millones de dólares al tipo de cambio actual. Esta acción es explícitamente retroactiva: tiene como objetivo reflejar las tarifas que podrían haberse capturado si el mecanismo hubiera estado activo desde el lanzamiento de Uniswap en 2018.
Este punto es estratégico. Envía una señal clara al mercado: la gobernanza reconoce que el valor generado históricamente por el protocolo debería haber beneficiado, al menos en parte, a los titulares del token. Pocos proyectos DeFi han osado un reequilibrio tan radical.
UNI se une a la categoría de tokens ‘productivos’
Con esta decisión, UNI cambia de estatus. Abandona el grupo de tokens puramente políticos para unirse a los activos ‘productivos’, cuyo valor está vinculado al rendimiento económico del protocolo. Una evolución a menudo solicitada por los inversores institucionales, cansados de modelos donde la mayor parte del valor escapa a los titulares de tokens.
Más allá de Uniswap, este voto podría sentar un precedente. Demuestra que un protocolo maduro puede evolucionar su modelo económico sin fracturas comunitarias, siempre que exista una gobernanza transparente y un claro alineamiento de intereses.
Al vincular directamente el uso del protocolo con la escasez de su token, Uniswap redefine lo que significa ‘poseer’ una parte de DeFi. Para UNI, es un cambio de era. Para el sector, una señal poderosa: la gobernanza ya no es solo un derecho de voto, se convierte en una palanca económica a part entera.