Bruselas quiere tomar el control. La Comisión Europea está preparando una reforma importante que colocaría las bolsas, plataformas cripto y cámaras de compensación bajo una supervisión centralizada, según un informe del Financial Times. El objetivo: poner fin a la fragmentación del mercado único y finalmente competir con la potencia financiera de Estados Unidos.
ESMA, futur gendarme unique des marchés européens
En el corazón del dispositivo, un actor clave: l’ESMA (European Securities and Markets Authority). Con sede en París, esta autoridad vería sus poderes reforzados significativamente. Se convertiría en la referencia única para supervisar las “entidades transfronterizas más significativas”, bolsas, plataformas de activos digitales e infraestructuras post-mercado como cámaras de compensación o depositarios centrales.
En caso de conflicto entre reguladores nacionales, l’ESMA tendría ahora la última palabra gracias a decisiones legalmente vinculantes. Una forma de evitar disputas entre países y garantizar una regulación homogénea en todo el continente.
Un proyecto político autant qu’économique
Esta iniciativa forma parte de la estrategia de “unión de los mercados de capitales“, un antiguo sueño europeo: permitir que las empresas se financien fácilmente en toda la Unión sin barreras nacionales. El proyecto cuenta con el apoyo de Christine Lagarde, presidenta del BCE, y Mario Draghi, su predecesor, quienes abogan por una Europa financiera más integrada para “hacer al continente competitivo nuevamente frente a Estados Unidos“.
Des résistances nationales toujours fortes
Pero no todos aplauden. Alemania, durante mucho tiempo hostil a la supervisión centralizada, comienza a cambiar bajo el gobierno de Friedrich Merz, abierto a un compromiso con Francia. Por otro lado, Luxemburgo e Irlanda siguen en pie de guerra.
Crypto, le sujet explosif
No es sorprendente que sea el aspecto cripto el más tenso. Algunas bolsas y plataformas de activos digitales temen un aumento en los costos de cumplimiento y una supervisión demasiado distante. “Ampliar los poderes de l’ESMA aumentaría los costos para la industria“, opina Marin Capelle, asesor de la Asociación Europea de Fondos (Efama).
Pero para Bruselas, la lógica es clara: después de la implementación del reglamento MiCA, una supervisión fragmentada de los intercambios cripto sería un contrasentido. La Unión quiere evitar lagunas, armonizar prácticas y consolidar la confianza en un sector en plena transformación.
El mensaje es claro: Europa quiere su propio “momento de la SEC”. Y esta vez, los actores cripto europeos deberían estar preparados.