Trump impone un arancel del 125% a las importaciones chinas y una pausa de 90 días para otros países
En una nueva escalada de tensiones comerciales, Donald Trump anunció un arancel del 125% a las importaciones chinas, citando la falta de respeto de Pekín hacia los mercados globales. Esta decisión, efectiva de inmediato, apunta específicamente a las medidas de represalia adoptadas por China en el marco de las disputas comerciales en curso. “China debe entender que la era en la que saqueaba a Estados Unidos y a otras naciones ha terminado”, enfatizó en una publicación en Truth Social el 9 de abril.
El expresidente no oculta su intención de castigar a los países que eligen responder a las medidas arancelarias estadounidenses. Claramente, Pekín es señalado como el principal culpable, una opinión compartida por Kenneth Bessent, asesor económico cercano a Trump, quien califica a China como “la mayor fuente de problemas comerciales de Estados Unidos”.
Una oportunidad para los aliados con una pausa de 90 días
Por otro lado, Washington ofrece un gesto de apaciguamiento a aquellos países que eligen no responder. Trump anunció una “pausa de 90 días” en los aranceles recíprocos para más de 75 países, junto con una reducción sustancial de la tasa al 10%. Esta tregua está dirigida especialmente a Canadá y México, que también se benefician de esta medida aliviada. El mensaje es claro: aquellos que cooperen serán recompensados.
Un vocero de la Casa Blanca confirmó que esta decisión no fue dictada por el pánico en los mercados, sino por una estrategia estratégica de Trump de involucrarse personalmente en la búsqueda de acuerdos bilaterales. Bessent insiste: “Esto no es una guerra comercial. Es una aclaración de la posición estadounidense”.
Euforia en los mercados a pesar de las tensiones
A pesar del tono belicoso del discurso, Wall Street reaccionó positivamente. El índice S&P 500 aumentó casi un 7% y el Nasdaq subió aproximadamente un 8% tras el anuncio. Bitcoin se benefició y volvió a superar los $81,500 después de un aumento del 7%. Estos aumentos reflejan el entusiasmo de los mercados ante la perspectiva de una reducción de las tensiones con la mayoría de los socios comerciales, así como la posibilidad de un marco más claro a corto plazo.
Howard Lutnick, CEO de Cantor Fitzgerald y Secretario de Comercio, considera que “el mundo está listo para trabajar con Trump”, pero señala que China parece estar “tomando la dirección opuesta”. La dinámica actual revela una creciente división geopolítica, con una fractura evidente entre los países cooperativos y aquellos percibidos como hostiles a la agenda comercial estadounidense.
Una estrategia de presión asumida
Esta doble aproximación -una máxima sanción para los adversarios y una recompensa para los aliados- ilustra la visión transaccional del comercio internacional promovida por Trump. Al posicionar a Estados Unidos como árbitro y actor central, espera obligar a sus socios a realizar concesiones rápidas. El plazo de 90 días es tanto una ventana de negociación como una cuenta regresiva antes de una nueva ronda de tensiones si no se logra un acuerdo.
La pregunta ahora es: ¿China cederá ante la presión o responderá con una contraofensiva aún más dura?