Gala Games, un actor importante en la industria de los juegos blockchain, se encuentra en una encrucijada no debido a las condiciones del mercado, sino por conflictos internos. La batalla legal entre el CEO Eric Schiermeyer y el cofundador Wright Thurston se ha convertido en un espectáculo público, afectando el valor del token nativo de Gala, que ha caído casi un 11% en el día.
Las demandas, que van desde acusaciones de abuso de confianza hasta mala gestión, han sumido a la empresa en un estado de tumulto. Aunque el token Gala pueda ser la víctima inmediata, las implicaciones a largo plazo para Gala Games podrían ser considerablemente significativas.
Una red compleja de demandas
La demanda presentada por Schiermeyer es un ataque contundente contra Thurston, alegando que el cofundador adquirió y vendió ilícitamente tokens GALA con un valor sorprendente de $130 millones. Según el CEO, Thurston realizó estas transacciones a través de una serie de maniobras complejas diseñadas para ocultar su origen. La demanda, presentada en nombre de Blockchain Game Partners, la empresa matriz de Gala Games, también implica a True North United Investments, la propia empresa de Thurston, como la parte demandada. Schiermeyer busca el recupero de los activos robados y la destitución de Thurston de la empresa.
Contrademanda y efecto dominó
No siendo del tipo de aceptar estas acusaciones sin reaccionar, Thurston ha contraatacado con su propia demanda. Sus contrademandas acusando a Schiermeyer de haber dilapidado alrededor de $600 millones en activos de la empresa y los accionistas. El cofundador sostiene que Schiermeyer utilizó los recursos de la empresa para fines personales, incluso formando entidades offshore para desviar oportunidades comerciales. A medida que avanza el proceso legal, el liderazgo de Gala Games se está fracturando cada vez más. Mientras que otros directivos optan por la neutralidad, Jason Brink, presidente de Blockchain en Gala Games, ha declarado que las demandas aportarán una tan necesitada transparencia.